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Aporte y reflexión de Mons. Antúnez en “Momento de reflexión” Radio 41 [AUDIO Y TEXTO]

Compartimos el comentario y la reflexión de Mons. Fabián Antúnez SJ, Obispo de la Diócesis de San José de Mayo en el programa “Momento de reflexión” de Radio 41 AM 1360.

Domingo 27 de febrero de 2022

Muy buenos días para toda la audiencia de “momento de reflexión”, para toda la audiencia que nos sigue a través de Radio 41. Estamos viviendo un tiempo como humanidad, bien desafiante. Con la paz, una vez más amenazada por este tema de la guerra y el Papa nos insiste en la importancia de la oración. Me gustaría de manera especial traer a tanta gente que está sufriendo este flagelo de la guerra. Y bueno, rogar al Señor que se puedan suscitar instancias de de acuerdo, de negociación, de restablecimiento de la paz tan anhelada.
 
En esta semana tuvimos oportunidad con los seminaristas de las distintas diócesis del Uruguay de poder tener un tiempo de oración. Ellos realizaron su retiro anual, sus ejercicios espirituales y, una vez más el poder acompañar ese tiempo especial de este desierto del corazón, donde se abandonan las actividades habituales para poder entrar en lo profundo, me devuelve la importancia fundamental de de tener tiempos de encuentro con el Señor, tener tiempos de frenar un poco las actividades cotidianas para poder escuchar al gran olvidado, a nuestro corazón. Allí donde se asientan los sentimientos, los pensamientos y donde Dios puede hacer moción en nuestro interior e invitarnos a dar la vida, a compartirla con los demás.
 
Comenzamos este miércoles, este tiempo de Cuaresma es un tiempo tan especial en el que se nos invita a profundizar en la dinámica de la oración. Te invito a que a que puedas encontrar momentos, tiempos de de silencio, de examinar el corazón, de dar gracias por tantos beneficios recibidos del Señor y también, por qué no, de poder rectificar rumbos. No es un tiempo también el de Cuaresma, de conversión, es un tiempo de volver a casa, de volver a Dios, de volver a las convicciones fundamentales de nuestra vida, de levantarnos de nuestras caídas, de aquellos lugares donde muchas veces estamos como postrados, sin poder ponernos de pie simbólicamente, la imagen de este hijo pródigo que vuelve a casa y que retorna, retorna a la fe y retorna la esperanza, retorna al amor. Quizás la pregunta es ¿de qué me tengo que levantar? ¿De qué postración, de qué caída y de qué lugar tengo que levantarme para ponerme de pie y volver a Dios?
 
También se nos invita a a la dinámica del ayuno, es decir, una adecuada relación con las cosas, con todo lo creado, con los bienes de la creación. Muchas veces perdemos libertad, vivimos en la vida esclavizados, muchas dinámicas nos roban capacidad de decisión, capacidad de sentirnos profundamente libres. Aquí lo que te invitaría es bueno, ¿de qué me tengo que liberar? ¿Qué me tiene atado el corazón, que me quita disponibilidad como para ponerme en marcha y seguir al Señor. Y desde esa libertad, disponibilidad también poder compartir todo lo que tenemos y lo que somos con los demás. Si esta dinámica de la limosna nos invita a que los bienes de la tierra son para, para compartir con otros también y no para nuestro regodeo individual. Es decir, vivir dinámicas de solidaridad, de compasión.
 
Te invito entonces, en este tiempo de Cuaresma, a volver al Señor que una vez más se nos abre a nosotros de corazón, de par en par nos lo quiere, entregar, lo quiere ofrecer y necesita de nuestro sí.
 
Me gustaría, para finalizar, compartir un poema de José Mª Rodríguez Olaizola SJ.
 
Resistencia
“No te rindas, aunque a veces duela la vida, aunque pesen los muros y el tiempo parezca tu enemigo, no te rindas. Aunque las lágrimas surcan tu rostro y tus entrañas demasiado a menudo, aunque la distancia con los tuyos parezca insalvable, aunque el amor sea hoy un anhelo difícil y a menudo te muerdan el miedo, la soledad, la tristeza. No te rindas porque sigue siendo capaz de luchar, de reír, de esperar, de levantarte las veces que haga falta.
 
Tus brazos aún han de dejar muchos abrazos y tus ojos verán paisajes increíbles. Acaso cuando te mires al espejo no reconozca lo hermoso. Pero Dios si, Dios te conoce y porque te conoce, sigue confiando en ti, sigue creyendo en ti, sabe como el ave herida que sanarán tus alas y levantarás el vuelo aunque ahora parezca imposible. No te rindas que hay quien te ama sin condiciones y te llama a creerlo”.
 
Y mi bendición para para todos quienes están ahí detrás de esta transmisión de “Momentos de reflexión”, quienes acompañarán la Eucaristía, de un Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.