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Mons. Antúnez: “Que podamos vivir con gran confianza en el Señor y con humildad de corazón, y honrar a nuestra Madre en esta fiesta de la Virgen con un corazón agradecido”

Compartimos la reflexión de Mons. Fabián Antúnez SJ, Obispo de la Diócesis de San José de Mayo, en este Domingo 13 de noviembre de 2022 (XXXIII Domingo del tiempo durante el año), en el programa “Momento de reflexión” de Radio 41 AM 1360, desde la ciudad de Florida, junto al Santuario de la Virgen de los Treinta y Tres, patrona de la patria.

Un saludo muy grande para toda la audiencia desde Florida, donde nos preparamos una vez más para celebrar a nuestra Madre, la patrona del Uruguay, con un corazón agradecido por tantas gracias recibidas por su intercesión, porque nuestra Madre es camino seguro hacia Jesús, porque siempre está atenta a nuestras necesidades. Lo hacemos con este corazón de peregrino, con este corazón que viene a agradecer, a pedir. Lo hacemos como Pueblo de Dios en camino, en este tiempo tan especial que vivimos como Iglesia de sinodalidad.

El Evangelio de este Domingo nos presenta al Señor Jesús como el nuevo templo, como aquel que en su muerte y resurrección nos abre un camino de vida al Padre y nos brinda horizontes de trascendencia. El Señor nos presenta la realidad del templo de Jerusalén como algo que caerá el templo externo, el templo construido por mano de hombres, que será derribado y nos invita a hacer de nuestro corazón, de nuestra interioridad, de lo profundo de nosotros mismos, ese lugar donde Él habite. Desea ser Señor de nuestra vida y nos invita a abrirle un lugar central en nuestro corazón, en nuestra sensibilidad, en nuestras opciones vitales. Asimismo, el Evangelio nos presenta distintos signos de los tiempos, que también hoy los podemos leer. Se nos habla de terremotos, de hambre, de violencia, de grandes señales. Y el Señor nos invita a leerlos en clave del Evangelio, en clave de trascendencia.

Vivimos hoy muchas de estas grandes señales y el desafío es la conversión del corazón, la conversión en la relación para con lo creado que tenemos que cuidar, que no tenemos que manipular. La conversión para con el prójimo, a quien tenemos que tratar con gran dignidad, porque es un misterio, porque es irreductible, porque es un ser creado a imagen y semejanza de Dios, el otro. Y también el Señor nos dice que debemos leer esto con clave de trascendencia de las realidades que están por venir.

Ojalá tengamos la capacidad de leer lo que estamos viviendo como humanidad en clave de conversión personal. La violencia, la inseguridad. Los problemas de distribución de la riqueza nos invitan a una conversión del corazón y, sobre todo, a reconocer al Señor como aquel que viene a reinar en nuestras vidas. El Evangelio también nos prepara frente a las persecuciones que tendremos que vivir, que vivió la Iglesia primitiva y que está llamado a vivir todo aquel que desee con radicalidad reconocer a Jesús y su Evangelio. Se nos habla de la necesidad del testimonio, del testimonio de vida con las palabras y con los gestos, y la posibilidad eventual también de perder la libertad, la fama, el buen nombre por seguir el Evangelio del Señor. Se nos dice que el Espíritu hablará a través de nuestros labios, que no preparemos la defensa, sino que pongamos toda nuestra confianza y nuestra esperanza en el Señor.

En este tiempo tan especial de testimonio, de coherencia entre la Palabra y la vida, de transparentar y de reflejar una Iglesia más creíble, fruto de la conversión personal al Señor Jesús, te invito de todo corazón a que a que te acerques a Él por mediación de nuestra Madre, a que vivamos este tiempo tan desafiante que la humanidad nos enfrenta a vivir con gran confianza en el Señor y con humildad de corazón, y que podamos honrar a nuestra Madre en esta fiesta de la Virgen con un corazón agradecido y que el Señor nos bendiga, El que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.