Home»NOTICIAS»Mons. Antúnez: “Me comprometo en la oración para con cada uno de ustedes, en sus vidas, en su vida familiar, comunitaria, en su entrega… Les pido que sigan rezando por los frutos de este encuentro”

Mons. Antúnez: “Me comprometo en la oración para con cada uno de ustedes, en sus vidas, en su vida familiar, comunitaria, en su entrega… Les pido que sigan rezando por los frutos de este encuentro”

DESDE ROMA | X ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS #WMOF2022

Compartimos la reflexión de Mons. Fabián Antúnez SJ, Obispo de la Diócesis de San José de Mayo, en este Domingo 26 de junio de 2022 (XIII Domingo del tiempo durante el año), en el programa “Momento de reflexión” de Radio 41 AM 1360 desde Roma, donde participa del X Encuentro Mundial de las Familias (22 al 26 de junio de 2022) bajo el lema: «El amor familiar: vocación y camino de santidad».

Un saludo muy grande para toda la audiencia. Aquí desde Roma, donde estoy participando del X Encuentro Mundial de las Familias, convocado por el Papa Francisco, al cumplirse un nuevo aniversario de “Amoris Laetitia”. La exhortación que nos habla de la alegría del amor y que nos desafía y nos interpela a acompañar a las familias en cada una de sus situaciones vitales. Un encuentro rico, un encuentro variado, un encuentro pluricultural que nos pone delante el enorme desafío como Iglesia de poder acompañar cada una de las situaciones que viven las familias.

Repensar en el noviazgo. Recrear la formación para el matrimonio. Acompañar los primeros años de vida matrimonial. También estar cerca de la realidad del fracaso matrimonial como Iglesia, acompañando la realidad doliente, difícil, de la separación personal, de la educación de los hijos, de la necesidad de los acuerdos entre los esposos. Poder tener delante también la realidad del encuentro entre las generaciones. Escuchar la narrativa de los mayores, la dimensión sapiencial de quienes han vivido más. Favorecer el puente con los más jóvenes. Un enorme desafío para esta cultura que vivimos del instante, del aquí y ahora.

La necesidad también de formar a los jóvenes, a las generaciones jóvenes, en la vivencia de un amor maduro, un amor responsable, un amor comprometido. Invito a todos a seguir rezando por este encuentro, por sus frutos y sobre todo a cada uno pensar en la realidad que le toca de familia. ¿Cómo poder seguir creciendo en el amor, que pasó dar para avanzar en este camino concreto de la vivencia de un amor comprometido en la realidad familiar?

El Evangelio de este Domingo. Por otra parte, nos pone delante la radicalidad del seguimiento y el Señor nos invita justamente a centrar el corazón en Él. Nos dice, en efecto, que si decidimos seguirlo a Él y seguir las mociones de su Espíritu Santo, estamos comprometidos a caminar, a caminar con radicalidad, a poner el corazón en Dios, a dejar atrás aquellas cosas que muchas veces nos esclavizan, nos encadenan, nos quitan libertad interior.

¿Estamos dispuestos a este camino de seguimiento del Señor? ¿Somos capaces de avanzar en el camino de sana indiferencia ignaciana, es decir, de libertad afectiva frente a todas las cosas, frente a los afectos, para poder seguir al Señor con radicalidad?. Esta es la invitación, la del Señor, la de si hemos puesto la mano en el arado, no mirar para atrás, sino caminar hacia adelante con confianza en Él, con confianza en su Espíritu Santo que sigue trabajando hoy en medio nuestro.

Pidamos esta gracia del Señor, la de vivir con mucha radicalidad el compromiso de nuestra fe, mucha integración en Él de la dinámica del amor. Dejarlo al Señor que nos vaya configurando el corazón, nuestra afectividad, ese núcleo integracional en donde podemos ir unificando lo que pensamos, lo que sentimos y lo que actuamos.

Y desde aquí una bendición muy especial para todos ustedes. Me comprometo en la oración para con cada uno de ustedes, en sus vidas, en su vida familiar, comunitaria, en su entrega, en el amor. Y también les pido que sigan rezando por los frutos de este encuentro, para que podamos también aprender e interiorizar mucho, compartir la riqueza pluricultural de la familia y poder llevar también a nuestra tierra al Uruguay los desafíos de ir caminando en una pastoral familiar cada vez más integrada, con líneas comunes, favoreciendo justamente el acompañamiento de las familias en cada una de sus situaciones vitales. Y que el Señor los bendiga, el que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.