Carta a los amigos de la Familia Myriam
¡A nuestra familia, amigos y bienhechores!
Aquí estamos, en este lindo tiempo de Navidad, con el deseo de manifestarles nuestro agradecimiento por su apoyo fiel para nuestra misión uruguaya. ¡Demos gracias a Dios!
Una vez más, el Señor ha renovado sus maravillas. Con todos los que experimentaron los bienes de su Amor este año, en nuestro hogar del Cenáculo Myriam de la Alianza, lo glorificamos y lo adoramos. Atreves de esta carta, les abrimos la puerta de nuestra casa, para que puedan ver las maravillas que permitan por su ayuda espiritual y material:
Ante todo, que hermoso de ver nuestros miembros renovar sus compromisos a vivir el abandono filial y la caridad en un “Sí” lleno de gozosa pertenencia a la Iglesia. ¡Una de ellos lo pronuncia por primera vez!
También, la Providencia permitió la formación de un nuevo grupo de “Amigos de Myriam”, en San José. Ya tienen fervor y corazones sedientos de descubrir la espiritualidad de la Familia.
Como en Belén, son muchos los que pasan por la casa para rezar y compartir. Eso nos permite profundar nuestro carisma de familia acompañante. Al ver el aporte de cada uno, se vive una linda complementariedad, y así, la gente recibe un acompañamiento apropiado.
¡Nuestro cenáculo es realmente el lugar de encuentro con Él viene a reanimar la esperanza!
Y qué decir de la visita pastoral de nuestro obispo, Mons. Fabián… ¡Que soplo de renuevo por la parroquia! Atreves sus encuentros numerosos, él fue a la escucha de todo y de todos, para discernir los caminos nuevos que el Señor nos descubre. Ahora es la hora de ser misioneros de fe amorosa y audacia con nuestra iglesia local, que apoyamos especialmente por la formación de nuestros afiliados y diversos servicios. “¡Que sean uno, para que el mundo crea!”
Entre otro, hubo eventos de familia muy importante:
Como la visita de la servidora general Monique Tremblay con su asistente Geneviève Gadbois. Además, pudieron celebrar con nosotros el aniversario de 25 años de votos religiosos de nuestra hermana servidora Jocelyne Collin.
Con ustedes, ya nos alegramos por la celebración, en marso próximo, de los votos perpetuos de nuestro hermanito Juan-Francisco.
Aprovechamos la posibilidad de agradecerles por las obras que nos permitieron hacer en la propiedad. Qué bueno de poder cuidar y mejorar la casa del Señor, para ofrecer un lugar agradable donde se siente la paz de su presencia.
Finalmente, queremos agradecer Françoise Creyx por todo el amor que puso al servicio de la misión y del pueblo de Uruguay.
Rezamos por su buena continuación, mientras seguimos acá, esperando su apoyo en la oración et recordando el lema del año: “Codo a codo, vivamos y transmitamos”. ¡Todo es tan simple con Jesús, el niño de Belén!
Qué esta Navidad sea llena de paz y de unidad entre todos ustedes!
Por nuestras pequeñas visitas a Jesús en la capilla, vamos a ofrecerles para que se derrama su bendición para ustedes!