Home»NOTICIAS»Mons. Antúnez: “Pidamos la gracia de poder ahondar, profundizar en el misterio del amor trinitario, en este misterio del amor de Dios que se nos regala”

Mons. Antúnez: “Pidamos la gracia de poder ahondar, profundizar en el misterio del amor trinitario, en este misterio del amor de Dios que se nos regala”

Compartimos la reflexión de Mons. Fabián Antúnez SJ, Obispo de la Diócesis de San José de Mayo, en este Domingo 12 de junio de 2022 (Solemnidad de la Santísima Trinidad), en el programa “Momento de reflexión” de Radio 41 AM 1360.

Celebramos en este Domingo la fiesta de la Santísima Trinidad, un solo Dios en tres personas que tienen igual dignidad, que son complementarias en el amor. Que nos hablan de de la unidad en medio de la diversidad. La imagen que se me viene al corazón es la contemplación de la Encarnación que San Ignacio de Loyola nos invita a rezar en su libro de los Ejercicios Espirituales, donde nos hace considerar cómo esta Trinidad mira al mundo.

La Trinidad mira al mundo con una mirada compasiva, con una mirada de misericordia. Viendo que en el mundo los hombres han perdido el sentido de la vida, han perdido el horizonte, han perdido la razón fundamental del para qué de su existencia. Decide que llegada la plenitud de los tiempos, la segunda persona se haga hombre y se produce el evento precioso de la encarnación el diálogo entre el enviado de Dios y la Virgen, en la escena de la Anunciación.

También se nos hace considerar cómo es el lenguaje de la Trinidad. El lenguaje de la Trinidad es un lenguaje del amor, es un lenguaje de la unidad, es un lenguaje que mira lo positivo, es un lenguaje esperanzado y que decide hacer redención del género humano. A la luz de esta imagen de una Trinidad que es unidad en la diversidad. Te invito a preguntarte ¿cómo vives tus vínculos interpersonales? ¿Cómo vives tus relaciones? ¿Cómo vivimos la dimensión del servicio, la dimensión de la complementariedad? ¿Estamos viviendo esta dimensión de la unidad? Trabajamos en equipo, sabemos valorar los talentos y las capacidades de los otros en que estamos invitados a crecer a la luz de esta imagen trinitaria, que es también una bella imagen hoy de lo que puede ser la familia, la comunidad religiosa, la comunidad del trabajo apostólico. Diversidad de talentos, de dones, de carismas, como veíamos en Pentecostés, misteriosamente unidos, interrelacionados para el servicio, para el arte de la compasión.

A la luz de esta invitación de la Trinidad, te invito a discernir nuestro tiempo justamente caracterizado por lo contrario, el individualismo, la fractura, la división, la soberbia en el lenguaje, la dificultad para con los vínculos interpersonales. Al pueblo de Israel le costó este pasaje del Dios Yahvé, del Dios monoteísta, al Dios Trinidad, un Dios que es comunidadme en el amor. Estamos todos, por lo tanto, invitados a profundizar en esta imagen de Dios Trinidad. Lo propio del Padre es la creación, el Creador. Lo propio del Hijo es la dimensión de la redención, el haberse hecho hombre y redimirnos, muriendo en la cruz y resucitando. Lo propio del Espíritu, es la santificación, es decir, lo podemos distinguir a través de sus misiones a cada una de las personas de la Trinidad. Pero todas están íntimamente unidas en el amor.

Pidamos entonces la gracia de poder ahondar, profundizar en el misterio del amor trinitario, en este misterio del amor de Dios que se nos regala, que se nos ofrece y que se nos invita también a cada uno a reproducirlo en nuestros gestos. Pidamos, por lo tanto, esta gracia que se vaya integrando en el corazón de cada uno de nosotros.

El Evangelio pone el énfasis en la imagen del Espíritu Santo, que es el que nos devela todo, que es el que nos revela todo y el que nos introducirá en la verdad completa.

Pidamos a este Espíritu Santo que siga soplando en medio nuestro, que nos ayude como Iglesia a la evangelización, al anuncio de la misericordia de Dios, que nos siga renovando en cada una de nuestras comunidades con creatividad, con ilusión, con esperanza. Que nos permita anunciar el misterio del Señor Resucitado, que es la fuente y la razón de nuestra fe.

Y que el Señor, que es Trinidad, justamente nos bendiga a cada uno de nosotros. El que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Una buena jornada para todos ustedes.