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Mons. Antúnez: El Buen Pastor nos invita a “caminar en medio de nuestro pueblo, estar junto a la gente, sostener su camino, animar, fortalecerlos”

Compartimos la reflexión de Mons. Fabián Antúnez, Obispo de la Diócesis de San José de Mayo, en este Domingo 8 de mayo de 2022 (IV Domingo de Pascua – Domingo del Buen Pastor, Jornada Mundial de oración por las vocaciones, en el programa “Momento de reflexión” de Radio 41 AM 1360.

En este Domingo celebramos la fiesta de Jesús, Buen Pastor. La belleza y la bondad de este pastor depende del amor con el que se entrega por cada una de sus ovejas. Por cada uno de nosotros. El Buen Pastor establece una relación directa, una relación personal. Nos conoce por dentro, nos conoce en nuestros caminos de huida, nos conoce en nuestras zonas fuertes. Este conocimiento del pastor nos exigirá a todos, también, la capacidad de poder estar presente para que él nos hable al fondo del corazón. El desafío para cada uno de nosotros es el de escuchar la voz del pastor. La voz del pastor que es una voz suave. Es una voz delicada. Es una voz que habla al fondo del corazón. Y para poder escuchar esta voz del pastor, necesitamos silenciar tantas otras voces que muchas veces nos vienen de fuera, voces del mundo que nos dicen No vales, no eres digno. Voces que también nos invitan a la autosuficiencia, al consumismo, a la cultura de la imagen y voces que también vienen de dentro, donde muchas veces nos flagelamos, nos herimos, seguimos enredados en el propio pecado, sin capacidad de abrirnos a la misericordia de Dios.

Primer desafío, por tanto, es silenciar las voces para escuchar la voz del corazón, la voz de Dios, la voz del Buen Pastor que nos dice Tú eres mi hijo, mi hija muy amada, muy amado. Tú eres aquella persona en la cual me complazco. ¿Por donde sentimos que que perdemos la capacidad de escucha?. Quizás la multiplicidad de actividades. Quizás la dificultad de frenar y escuchar al propio corazón. Quizás la necesidad de detenernos y escuchar, no otras voces que nos dividen por dentro, sino la voz suave y delicada del pastor. Después de escuchar esa suave voz, tendremos que tener la docilidad de poder seguir, seguir sus caminos, sus rumbos, invitarnos a poder caminar en la dirección a la cual Él nos invita a transitar. Muchas veces tendremos que caminar cada uno delante, señalando rumbos para aquellos grupos que se nos confía, en la cual somos invitados nosotros a ser pastores. Muchas veces tendremos que salir del marco de lo conocido como comunidad, como iglesia, adentrándonos en aquello de entrar en la tierra de la promesa, como Abraham, que se lo invita a salir de la zona segura y caminar. Muchas veces también tendremos que caminar junto al pueblo de Dios, en medio de aquello que el Papa Francisco coloca pastores con olor a oveja, es decir, tener la capacidad no solamente de caminar delante, señalar rumbo, sino muchas veces caminar en medio de nuestro pueblo, estar junto a la gente, sostener su camino, animar, fortalecerlos y muchas veces también en nuestro pastoreo tendremos que caminar detrás, junto a aquellos que que vienen más rezagados, que están más heridos, aquellos que sus procesos personales son más difíciles de integrar por distintas dimensiones de la vida y que necesitan de otros tiempos, de otra escucha, de otra paciencia. Sé caminar al ritmo que el Buen Pastor me invita a caminar. Soy capaz de aventurarme en el ir adelante señalando nuevos rumbos, estar en el medio del pueblo de Dios o caminar muchas veces junto a los rezagados.

Desde esta dimensión, los invito por lo tanto, a tener la mirada y el corazón compasivo del Buen Pastor. El desafío para cada uno de nosotros en este domingo es el de reflexionar sobre nuestro pastoreo, el que ejercitamos como sacerdote, como obispo, el que ejercita cada uno en su comunidad como líder de la misma. Pero sobre todo, también el que cada uno vive como oveja, escuchando la suave voz del pastor.

En esta cultura de la ausencia de escucha, de la división interior, de la falta del cuidado personal. Pidamos la gracia de imitar a Jesús, Buen Pastor. También hoy es una oportunidad muy bella de pedir por las vocaciones. Es la jornada también en la que se reza por las vocaciones sacerdotales, religiosas a la vida consagrada. Pidamos también que muchas personas puedan escuchar, sentir, la suave voz del pastor que los invita a dar la vida, donarla, entregarla, ofrendarla. Pidamos también, entonces, por tantos que vienen ya caminando en este sendero de vida entregada al Señor por su perseverancia gozosa en la vocación.

También hoy celebramos a la Virgen de Luján, patrona de Argentina, pero que aquí tiene diversas advocaciones en la diócesis de San José y de Flores. Pidamos por la Parroquia de Luján. Pidamos por las actividades pastorales que aquí se desarrollan y pidamos por sus frutos para que nuestra Madre nos siga a todos poniendo con su Hijo Jesús y que nos bendiga a Dios, el que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.