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12 visitas a San José

El libro “Siguiendo a Cristo por el camino de San José” del sacerdote jesuita Horacio Bojorge recoge una serie de “visitas” y contemplaciones sobre la imagen de San José ubicada en el altar mayor de nuestra Catedral, y cual fue publicado por primera vez en 1985 y ya va por la tercera edición.

Este resumen de las “visitas” sobre nuestro Santuario dedicado a San José, patrono de la Diócesis (esposo de la Virgen María) y sobre la imagen que lo preside se ha escrito poco.

Los invitamos a contemplar cada uno de los aspectos de esta imagen.

PRIMERA VISITA

UNA MIRADA DE CONJUNTO

1) Antes de entrar a considerar los detalles de la imagen, conviene que le demos una mirada de conjunto para reparar en sus elementos.

2) El artista sagrado (José María Ponsoda Bravo 1883-1963) nos presenta a un San José joven y vigoroso.

3) San José lleva al niño Jesús en brazos.

4) Está rodeado por una aureola luminosa que irradia disipando un halo de nubes.

5) Hay otra nube a sus pies, sobre la cual se apoya, descalzo, el pie derecho de José y que oculta su pie izquierdo.

6) Podría creerse que avanza pero al mismo tiempo ascendiendo al cielo.

7) Lo rodean querubines: a sus pies, sobre su cabeza y a la altura de los hombros.

8) A sus pies, a ambos lados de la imagen hay dos ángeles niños. El de la derecha está sosteniendo el bastón florecido.

9) Sobre la cabeza de José, extiende sus alas en un vuelo ascendente la paloma blanca que figura al Espíritu Santo.

10) San José sostiene al Niño Jesús sobre el brazo izquierdo. Lo tiene sobre un pañal blanco, envuelto a medias con su manto.

11) Con su mano derecha, José en ademán de tomar delicadamente la manita derecha del Niño, pero sin tocarla, la contempla con la boca entreabierta, en actitud asombrada o de arrobamiento. En ella está puesta toda su atención.

12) Podría estar diciendo o exclamando algo. Está vestido con una túnica celeste y su manto es color tierra.

13) El niño Jesús, desnudo, apenas sentado sobre un pañal, tiene su mano izquierda levantada. Podría sostener en ella un globo terráqueo o una cruz. Pero nuestra imagen nos muestra, actualmente, la manita vacía, alzada a la altura del corazón.

14) El Niño Jesús “está de cara al Padre” vuelve su rostro hacia el rostro de San José y parece acercársele.

15) Lo mira con ternura y sus labios pueden estar susurrando algo al oído de San José.

16) San José y el niño Jesús están pendientes el uno del otro. Como sumergidos y absortos en un diálogo silencioso, envueltos ambos en una corriente de ternura recíproca.

17) José está en actitud de quién protege, admira y atesora al Niño. Y el Niño en actitud del que se abandona al abrazo paterno y lo retribuye gozosamente.


ORACIÓN
Gloriosos Patriarca San José,
tú, que eres el hombre más próximo a Jesús,
el que lo amó con mayor ternura y lo trató más íntimamente;
tú, que eres aquél a quien Jesús tuvo mayor confianza,
mayor afecto y respeto, intercede por mí delante de Dios,
a quien tantas veces he ofendido con mis pecados
y alcánzame la gracia de dirigirme a Él,
digna y adecuadamente.
Amén.


SEGUNDA VISITA

UNA MIRADA COMPARATIVA

18) A diferencia de otras imágenes que no sólo nos dejan a menudo afuera, sino que, lo que es peor, nos impiden positivamente penetrar la costra decorativa para adentramos en el misterio del santo, nuestro artista optó por una osada y hasta desafiante militancia creyente. Su San José es un personaje visto desde la interioridad de la fe, en su efigie interior de creyente. Más. Es el personaje tal y como lo puede ver solamente Dios, o el que desde la fe, haya hecho suya la óptica divina. El artista nos ofrece un San José en versión apocalíptica. Un San José soñado en uno de esos sueños proféticos, dados por Dios, donde se revela el sentido oculto de los acontecimientos y las personas. Para penetrar en la verdad de San José, se necesita una revelación. Porque la vida de San José es, toda ella, vida oculta.

19) Nuestra imagen quiere ser mirada así: con la fe del corazón. Así se están mirando José y el Niño en nuestra imagen: Ellos se están viendo, el uno al otro, tal como están ocultos en el misterio de Dios.

En su vida, José pudo gozar de la visión de Jesús y de su identidad oculta, sin necesidad de lamediación de sueños revelatorios. Por eso se le aplica a San José, en forma privilegiada, la bienaventuranza que Jesús anuncia a los que creen en él: ¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron” (Lucas 10, 23″24).

20) José ve y toca lo que el rey David quiso y deseó, lo que los profetas anunciaron, lo que Daniel vio en sueños cifrados. Es un san José apocalíptico que viene caminando sobre las nubes como el Hijo del Hombre, el hombre celestial opuesto al hombre animal y terreno.

Si miras a este José exaltado sobre las nubes y esplendoroso, te asomas a la verdad invisible de la existencia creyente. La de San José. Pero también la tuya. Tu vida de creyente en Cristo, (la que está escondida con Cristo en Dios y que por lo tanto sólo puedes ver por la fe) es así.

ORACIÓN
Haz José que nuestra vida se deslice santa y pura
y que siempre esté segura
por tal  Patrón defendida.

ORACIÓN
Dios nuestro, creador del universo, que has establecido que el hombre coopere con su trabajo al perfeccionamiento de tu obra, haz que guiados por el ejemplo de San José y ayudados por sus plegarias, realicemos las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. (Oficio de la Fiesta de San José obrero)


TERCERA VISITA

EL RESPLANDOR

21) San José está circundado por un resplandor radiante.
Dentro de esa aureola quedan incluidas las cabezas de José, del Niño y la Paloma.

22) Se ha magnificado la aureola, dándole dimensiones poco comunes. Es San José quien irradia y resplandece luz propia. “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no anda en tinieblas” (Juan 8,12). Los que han creído en Cristo y lo siguen, no sólo no andan en tinieblas, sino que a su vez son luz.

23) La figura de San José es entre todos los santos, particularmente luminosa e iluminadora.

24) El resplandor, la luz resplandeciente significa el conocimiento del misterio de Cristo. “Contempladlo y quedareis radiantes”, dice el Salmo 34,6.

25) La luz es de color oro y eso significa caridad, el amor de Dios, el verdadero amor. La caridad es el oro auténtico y valioso que no se corrompe jamás, que se purifica en el fuego de las pruebas y las tribulaciones.

26) Su íntima relación con Jesús lo transfigura, lo ilumina. José resplandece con la luz de Cristo. Está radiante de alegría con Jesús.

27) José con una vida terrenal sin apariencia ni relumbre a los ojos del mundo, pero con una existencia brillante y luminosa a los ojos de Dios y amado por Jesús.

ORACIÓN
Glorioso Patriarca San José, alcánzame de Jesús la gracia de un trato íntimo y amoroso con Él.
Qué el amor de Jesús ilumine mi vida como iluminó la tuya.
Que como fiel y verdadero seguidor suyo pueda ser luz que irradie a mi alrededor la luz de Cristo: misericordia, paz, perdón de las ofensas, olvido de mi mismo.
Disipa en mí, toda tiniebla de lejanía de Dios, de ignorancia, o de olvido, de indiferencia o falta de fe.
Que la luz de Cristo venza en mí toda nube de pecado; todo apego inmoderado a los bienes de este mundo; toda codicia de riquezas y apetitos de honores.
Que abrazando a Jesús en la Comunión eucarística pueda, como tú hallarlo todo en Él y sin Él nada. Y que mi corazón y mi vida resplandezcan con la luz de su vida resucitada y gloriosa. Amén.


CUARTA VISITA

EL ASOMBRO DE SAN JOSÉ

RESUMEN DE
“LA CUARTA VISITA”
DEL LIBRO DEL P. HORACIO BOJORGE
“A CRISTO POR EL CAMINO DE JOSÉ”
APORTE DE CARLOS PAREDES

28) San José sostiene al niño Jesús sobre el brazo izquierdo. Con su mano derecha toma delicadamente la manita derecha del Niño y la contempla con la boca entreabierta; en actitud asombrada.

29) El asombro de José nos señala pedagógicamente y nos conduce hacia el centro de la imagen: la diestra del Niño Jesús.

30) En el lenguaje simbólico del arte sagrado la mano izquierda, la del corazón, significa lo que alguien guarda o atesora. La mano derecha significa lo que uno tiene, ofrece o da.
31) En nuestra imagen, José tiene al Niño en su izquierda. Su derecha no está en ademán de dar. José no nos da nada por si mismo. Pero toma la diestra de Jesús en la suya y la sostiene. José no tiene ni más ni menos para darnos que la obra de Dios. Y sosteniéndola con su derecha la posibilita, la admira en silencio, con los labios abiertos por el estupor. Dejémonos contagiar por el asombro de José, sumergido en un mano a mano con el Niño-Dios.

32) Lo que José admira no es otra cosa que el misterio abismal de la Encarnación. Dios se hizo un hombre. Éste hombre. Éste niño. El Omnipotente se hizo débil y frágil. El Creador asumió la naturaleza de una creatura.

33) Para que José te mire y para sentirte mirado por él, créete en esa misma manita, sábete en la cavidad de su palma.
“¡La diestra del Señor hace proezas, excelsa la diestra del Señor, la diestra del Señor hace proezas!” (Salmo 117/118,15-16)

ORACIÓN
Acuérdate, oh castísimo esposo de la Santísima Virgen María, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los que hayan invocado tu protección e implorado tu auxilio, haya sido desamparado por ti.

Animado con esta confianza, acudo a tu presencia y me encomiendo con todo el fervor de mi alma a tu bondad. No desoigas mis súplicas antes bien escúchalas y acógelas benignamente. Así sea.

ORACIÓN
Haz José que nuestra vida,
se deslice santa y pura,
y que siempre esté segura,
por tal Patrón defendida.


QUINTA VISITA

JOSÉ DE PIE Y DESCALZO

RESUMEN DE “LA QUINTA VISITA”
DEL LIBRO DEL P. HORACIO BOJORGE
“A CRISTO POR EL CAMINO DE JOSÉ”
APORTE DE CARMEN PERERA

34) Aquí, ahora y en silencio miremos la imagen.
José está de pie, muchas imágenes lo muestran sentado, y la más reciente acostado.

35) José está de pie, atento a lo que parece que Jesús le está diciendo y dispuesto a decir Sí.
Está de pie, pronto para ponerse en camino.

36) Miremos sus pies.
Sólo vemos su pie derecho, descalzo, apoyado sobre la nube y en actitud de dar un paso. El pie izquierdo está oculto.
37) San José descalzo, con sandalias, es San José despojado de sí mismo, despojado de todo derecho: está frente a Dios, tiene a Su hijo en sus manos.

38) La riqueza de José está en sus manos, no en sus pies, los cuales, siendo su apoyo en su peregrinar en la tierra, pueden interpretarse “como la pobreza y la humildad voluntariamente abrazadas.”

39) El pie derecho, descalzo, a la vista de todos, significa “la pobreza de Jesús y de la Sagrada Familia, real y visible; el pie izquierdo, que no vemos, representa “la humildad de José frente al Niño Jesús”, ese niño descalzo, Pobre y humilde de corazón, que transformó el corazón de José.

40) Dijo S.S. Pío XI: “ La misión de San José es una misión escogida, callada, casi inadvertida y desconocida que sólo debe esclarecerse algunos siglos más tarde……Cuanto mayor es el silencio, allí está la misión más encumbrada.

ORACIÓN
Custodio de la divina familia, protege providente a la escogida descendencia de Jesucristo, aparta de nosotros toda mancha de error o corrupción, asístenos propicio desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha con el poder de las tinieblas. Y como en otro tiempo libraste al Niño Jesús del inminente peligro de su vida, así ahora defiende a la Iglesia santa de Dios, de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad. Y a cada uno de nosotros, protégenos con tu perpetuo patrocinio, para que, a ejemplo tuyo y sostenidos con tu auxilio, podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza. Amén.


SEXTA VISITA

EL BASTÓN FLORECIDO

41) Símbolo, por excelencia de San José.
Bastón alto, propio de los pastores y peregrinos. Sirve tanto para apoyarse en él como para defenderse, o defender las ovejas.
Cómo símbolo de su misión de pastor lo usan los obispos y el Papa.

42) José lo tiene por varias razones:

  1. Porque es patriarca (pastor).
  2. Es el jefe de la Sagrada Familia.
  3. El báculo de José es su herencia y su derecho de acuerdo a las promesas y a las profecías. El carpintero es para Dios “Hijo de David”. Su cetro es su derecho de príncipe, que aunque los hombres desconozcan, Dios no olvida.
  4. El bastón es aquello en lo que alguien se apoya. El báculo es la fe de San José y su esperanza. Ambas puestas en Jesús y su obra.

43) La flor: como símbolo, evoca la vida del hombre en lo que tiene de bella, de hermosa pero también de efímera y fugaz. Jesús es vida y es flor; flor insólita que Dios hace brotar cuando toda perspectiva humana parece clausurada.

44) El bastón florecido es pues símbolo de José y Jesús. Expresa el misterio de la paternidad milagrosa y única de José por don divino.

45) El bastón o cetro florecido nos dice que la misión que Dios le ha confiado a José, su elección, sucede según las Escrituras y según un designio de Dios.
En efecto ese bastón tiene una historia. Es como una herencia de familia que José recibe.
El bastón y la serpiente, nos hablan de seguridad y riesgo.
La fe es el bastón que empuñamos para apoyarnos en Dios. Pero para experimentar la certeza que él ofrece hemos de renunciar primero a nuestros bastones, a nuestros apoyos y pólizas de Seguros humanos. Sobre todo hemos de superar su apariencia letal, mortal. La fe parece un riesgo de muerte antes de empuñarla.

46) San José, varón justo, hombre de fe, es ejemplo de creyente en Jesús, Niño-Dios. De entrega a su servicio en cuerpo y alma.

47) Todo el que cree en Jesús, por su fe, está empuñando el bastón florecido. Es el mismo que el angelito se lleva empuñando, en alto, hacia la gloria. Sólo quien es capaz de levantar a Jesús entre sus brazos, demuestra que se está apoyando en Dios. Y quien lo levanta así, así también por Él es levantado.

ORACIÓN
San José, sé siempre para nosotros un protector. Que tu espíritu interior de paz, de silencio, de trabajo honrado y de oración, nos llene de vida y nos alegre en unión de tu esposa bendita, nuestra Madre Inmaculada y de Jesús, al que cuidaste y protegiste con amor de padre. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. AMÉN.


OCTAVA VISITA

FIGURAS Y MOVIMIENTO

58) El artista plástico presenta una imagen, apoyada en varias estructuras geométricas que favorecen la expresión visual que quiere transmitir.

59) Sugiere movimientos varios.
Un movimiento ascendente, visible en un triángulo, como si la paloma que representa al Espíritu Santo estuviera elevando al conjunto.

60) A San José lo muestra en movimiento de avanzar, caminar, andar, como debió hacerlo tantas veces con Jesús.

61) También expresa movimientos circulares, en forma de una aureola que disipa las nubes. Nubes de la ignorancia, las que impiden el conocimiento y dificultan el acceso a Dios.

62) Pero en las figuras centrales, donde José sostiene al niño a través del pañal y se miran en comunicación emotiva, espiritual, no física, hay algo más.

63) Se percibe la presencia del padre protector, que estuvo siempre presente junto a la madre y al niño, a quien alimentó, educó, y enseñó un oficio.

64) La acreditación definitiva se la atribuyó Jesús, cuando lo reconoció luego, cuando se autodefinió como “El Hijo del Hombre”

LETANÍAS A SAN JOSÉ
Señor, ten misericordia de nosotros
Cristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo óyenos.
Cristo escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, que eres un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
Ilustre descendiente de David, ruega por nosotros.

Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros.
Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros.
Casto protector de la Virgen, ruega por nosotros.
Padre nutricio del Hijo de Dios, ruega por nosotros.
Solícito defensor de Cristo, ruega por nosotros.
Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.
José, justísimo, ruega por nosotros.
José, castísimo, ruega por nosotros.
José, prudentísimo, ruega por nosotros.
José, valentísimo, ruega por nosotros.
José fortísimo, ruega por nosotros.
José obedientísimo, ruega por nosotros.
José, fidelísimo, ruega por nosotros.
Espejo de paciencia, ruega por nosotros.
Amante de la pobreza, ruega por nosotros.
Ejemplo para los que trabajan, ruega por nosotros.
Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros.
Custodio de Vírgenes, ruega por nosotros.
Sostén de las familias, ruega por nosotros.
Consuelo de los afligidos, ruega por nosotros.
Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros.
Patrono de los moribundos, ruega por nosotros.
Terror de los demonios, ruega por nosotros.
Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.

V.- Le hizo Dios señor de su casa.
R.- Y príncipe de todas sus posesiones.

Oremos: Oh Dios, que en tu inefable Providencia, te dignaste elegir a San José por Esposo de tu Santísima Madre: concédenos, te rogamos, que tengamos por intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


NOVENA VISITA

EL NIÑO JESÚS
Pañal, desnudez, niñez.

65) Al mirar la imagen de José, vemos que sostiene contra su corazón al Niño desnudo y sentado sobre un pañal blanco con una punta colgando como al descuido de la mano de San José. Este Niño, es el Dios que renueva todo. “Como niños recién nacidos apetezcan la leche espiritual pura”.
(1 Pedro, 2.2)

66) Los elementos pañal, desnudez, niñez: Dan a conocer los misterios del Santo Rosario, que meditamos cuando lo rezamos.

67) El pañal corresponde al misterio gozoso que significa el nacimiento de Jesús.

68) La desnudez anuncia la violencia de quitarle y privarle de las cosas que lo acompañan y lo cubren. Significa la Pasión y la Muerte en la Cruz.

69) La niñez corresponde a la gloria de la Resurrección, la vida nueva que trae Cristo y el nacimiento de la Iglesia.

70) Los misterios de la vida de Jesucristo están prefigurados en el antiguo Testamento y en las Profecías. Las profecías eran consideradas designio de Dios.
Ellas anunciaron a un Rey Mesías niño: El pañal es el anuncio de los profetas.

71) La desnudez corresponde a lo que los Apóstoles vieron y de lo que dieron testimonio.

72) La niñez, es la obra de Jesús en la vida de la Iglesia la cual se renueva y santifica continuamente a través del Espíritu Santo.

73) El Espíritu Santo asiste al magisterio para enseñar y decir Amén en el corazón de los fieles al reconocer la Verdad.

ORACIÓN

Acuérdate, de nosotros, bienaventurado San José, e intercede con tus oraciones ante tu Hijo;
haz también que sea propicia a nosotros la santísima Virgen,
tu esposa,
que es madre de Aquel
que con el Padre
y el Espíritu Santo
vive y reina
por los siglos infinitos.
Amén.


DÉCIMA VISITA

EL NIÑO JESÚS 2 El pañal.

75) Tres cosas dice principalmente el Pañal.

1- HOMBRE VERDADERO
Los pañales con que María envuelve al Niño demuestran que se trata de un niño verdadero, de carne y hueso. Verdadero hombre y no mera apariencia humana. Proclaman el misterio de la Encarnación.
San Ignacio de Antioquía dice: Jesucristo es verdaderamente del linaje de David según la carne, e hijo de Dios según la voluntad y poder de Dios, nacido verdaderamente de una virgen…

76) 2- HIJO DE MARÍA VIRGEN
El pañal alude al misterio de los orígenes milagrosos de este hombre verdadero. Este es el hijo de María Virgen. Un prodigio del poder de Dios rodea su concepción y su nacimiento. He aquí que la virgen ha concebido y va a dar a luz un hijo. (Isaías 7, 14)
Antes de tener dolores dio a luz, antes de llegarle el parto dio a luz un varón. (Is. 66, 7) San Lucas dice: Dio a luz a su hijo primogénito y lo envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre.
Se insinúa que no intervino, ni fue necesaria, ninguna otra acción. (María madre y partera).

77) María no aparece en nuestra imagen, aunque el cristiano no puede olvidarla cuando está frente a su Hijo y a su Esposo San José. El pañal es una reminiscencia mariana de poderosa fuerza evocadora. En el Corazón de nuestra Madre están guardados y meditados los misterios que rodean el origen de Jesús: su concepción y alumbramiento virginales.

78) 3- DIOS EN PERSONA
Venido según el anuncio de los profetas y en particular de Isaías.
El pañal nos remite a las promesas y profecías que se cumplen en Jesús.
Consta no sólo del pañal, sino que abarca también al pesebre.
… esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. (Lucas 2, 7. 12)

79) Lo que el pañal y el pesebre deben señalar es que se han cumplido en ese niño las profecías a las que alude el ángel y que los pastores conocían: Una gran alegría,
para todo el pueblo de
Israel, os ha nacido hoy en la ciudad de David, un salvador, que es el Mesías, el Señor (Lc2, 10-11)

80) Dios, en forma velada, había anunciado su venida, en persona. …habitaré en medio de vosotros…me pasearé en medio de vosotros (Levítico 26, 11.12)
No fue un mensajero ni un ángel, El mismo en persona los liberó. (Isaías 63,9)
Yo me encargo de ello, yo os salvaré (Isaías. 46,4)
El pueblo que andaba a oscuras vio una luz intensa …se han alegrado al verte… porque un niño nos ha nacido… (Isaías 9, 1-8)

81) La profecía asocia al Dios en persona con la figura del niño. Los pastores se alegraron viéndolo en sus pañales. Este Niño en pañales es la norma de interpretación de la Escritura: Fueron y encontraron al Niño conforme a lo que se les había dicho, por boca de los ángeles, según las Escrituras. Todo conforme a lo que habían esperado.

82) Pero según los profetas, no todo era deseo ardiente de ver a Dios y alegría con su venida. El pañal va junto con el pesebre y nos recuerda que este Niño será objeto del rechazo de los suyos. Este pañal será para los creyentes, como para San José, el alegre misterio de la Encarnación. Pero los incrédulos lo desnudarán para crucificarlo.

ORACIÓN
Santísimo Patriarca San José, padre adoptivo de Jesús, virginal esposo de María. Tesorero y dispensador de las gracias del Rey de la Gloria, a TI te elijo desde hoy por mi verdadero Padre y Señor en todo peligro y necesidad a imitación de tu querida hija y apasionada devota Santa Teresa de Jesús.
Enséñame oración, Tú que eres maestro de tan soberana virtud, y alcánzame la gracia de vivir y morir santamente como Tú, y la que te pido en este día, si es para mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.


DECIMOPRIMERA VISITA

EL NIÑO JESÚS
Desnudez y niñez.

83) Tratemos de observar la imagen de San José y el Niño Jesús, y pidamos la gracia de poder acercarnos al Niño como niños.

84) De despojarnos de nuestras ideas y prejuicios para poder entrar desnudos en el verdadero mensaje de esta desnudez.

85) Ver con el corazón abierto al niño desnudo, oír la Palabra con atención serena y no con oídos sordos a fuerza de prejuicios y preconceptos. Dejar el corazón totalmente libre del ropaje de un lenguaje religioso o de una ciencia teológica o de una instrucción religiosa vaciada de fe.

86) Sólo quién se decide a tomar sobre sí la cruz, para seguir a Cristo e ir desnudo ante el mundo, se hace acreedor a que Dios lo revista con su gloria.

87) LA DESNUDEZ DEL NIÑO NOS DICE:
Que se hizo en todo semejante a nosotros, menos en el pecado.

88) Que se vistió con la desnudez de nuestra humanidad, para que en ella se mostrara Dios al desnudo. O sea: verdadero Dios y verdadero hombre.

89) Que la suya es la desnudez del Nuevo Adán. La desnudez de la inocencia recuperada. Desnudez del Hombre nuevo, en que brilla la imagen de Dios restaurada.

90) Que se desnudó en la Cruz, como Siervo de Dios, y Siervo de los hombres caídos.

91) La desnudez del niño proclama el alegre mensaje del evangelio: El Reino de Dios está cerca. Dios se hizo prójimo. Semejante en todo a nosotros menos en el pecado para rescatarnos de la lejanía y deformación del pecado. Para comunicarnos su semejanza de Hijo.

92) El cuerpecito desnudo de Jesús nos muestra la verdad, profunda, divina, del Pan que alimenta al cristiano en la Eucaristía. El que come este Pan se transforma a semejanza e imagen del Hijo de Dios.

93) ¿Y QUÉ NOS DICE EL JESÚS NIÑO?:
En el Evangelio, Jesús propone a los niños como modelo del discipulado.

94) Destaca la sencillez con que se dejan impresionar, su capacidad de maravillarse.

95) Los niños no se han llenado todavía de prejuicios, temores o resistencias que los años y desilusiones traen.

96) Exalta la sana predisposición para recibir, para creer, para descubrir. La mirada del niño es una ventana abierta al misterio, ve lo que los adultos no nos atrevemos a ver.

97) El discípulo que acepta hacerse como los niños se distingue por un estilo de humildad, de confianza, de superación, de entrega y abandono.

98) Hacernos como los pequeños: ese es el secreto de nuestra grandeza.

99) “Nada del Altísimo se puede conocer si no es a través de lo infinitamente pequeño, a través de este Dios a la altura del niño, de ese Dios a ras de tierra”. Christian Bobin

ORACIÓN
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame.
Oh mi buen Jesús, óyeme.
Dentro de tus llagas escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo defiéndeme.
En la hora de mi muerte llámame.
Y mándame ir a Ti, para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos.
Amén

ORACIÓN
Haz José que nuestra vida
se deslice santa y pura
y que siempre esté segura
por tal Patrón defendida.


DECIMOSEGUNDA VISITA

EL SILENCIO DE SAN JOSÉ

98) Para hablar acerca de Jesús no alcanzan todas las palabras. Pero cuando se está con Él, como José, estorban todas. Y para escucharlo a Jesús, no le bastan, al que lo ama, todos los silencios.

99) … está José. Mirando en silencio al Niño que lleva en brazos… oye hablar al niño, José está en silencio porque escucha.

100) … está silencioso pero no mudo. San José, padre entre padres, es el hombre entre todos los hombres que -para Jesús- debía reflejar mejor los rasgos de Dios Padre.

101) José refleja en su silencio… El Silencio divino. No tenemos en el Evangelio ni una sola palabra de San José. Todo él se oculta tras Jesús.

102) Y sin embargo, todo Jesús puede hablarnos de él, pues a su sombra creció en sabiduría, y en edad; bajo su guía se inició en la lengua, la cultura, la piedad, el oficio… De José tuvo el porte, el aire, los gestos aprendidos y hasta algunos dichos.

103) … José es el comentario viviente de las palabras de San Ignacio de Antioquía a los Efesios: “El que posee de verdad la palabra de Jesús, puede escuchar también su silencio, a fin de ser perfecto. A fin de que obre de acuerdo a lo que habla y sea conocido por Dios por lo que calla.”

104) Durante la liturgia Eucarística hay un tiempo para hablar y otro para callar. Con su silencio, José preside el gran silencio que se opera en el templo después de la comunión. Cuando los creyentes estrechan a Jesús contra el corazón y callan en su presencia.

105) En el silencio…. el alma ingresa en la región donde habita José. La región del silencio y del secreto donde sólo nos ve el Padre que ve en lo secreto (Mateo 6,4). La región de los misterios clamorosos, ocultos al príncipe de este mundo y que suceden -o porque suceden- en el silencio de Dios y en el inviolable secreto de cada alma.

106) …para reducirnos al silencio de San José: “No hay lengua que en verdad pueda decirlo, ni letra que en verdad pueda expresarlo: tan sólo quien su amor experimenta es capaz de saber lo que es amarlo”.

107) Por eso José calla. Y por eso no tiene en su mano un libro de teología, ni una cristología, ni un catecismo, ni siquiera un Evangelio o Nuevo Testamento. Sino a Jesús mismo.
Es que con menos no basta, ni puede conformarse nuestro corazón.

ORACIÓN
“San José, Patrono de la Vida interior,
enséñanos a orar, a sufrir y a callar”.

ORACIÓN
Salve, custodio del Redentor
Y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
En ti María depositó su confianza,
Contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros,
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal.
Amén.