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Mons. Antúnez: “Pidamos con confianza al Señor que quiera seguir sanando nuestras heridas, curando nuestras enfermedades y dolencias y mostrándonos el Amor del Padre”

Compartimos la reflexión de Mons. Fabián Antúnez SJ, obispo de la Diócesis de San José de Mayo, compartida en el programa “Momento de reflexión” (Radio 41 AM 1360) y en Radio María Uruguay, junto a los “Mensajes dominicales” de los Obispos del Uruguay, de este Domingo 30 de junio de 2024 (XIII Domingo del tiempo durante el año)

Un saludo muy grande para toda la audiencia. Lo central del Evangelio de este domingo está en la persona de Jesús, en el poder curativo que emergen de sus gestos, de sus palabras. Se nos presentan diversas situaciones. Una es la hija de Jairo, el jefe de la sinagoga, que está afectada por una enfermedad grave. ¿Cuántas veces en la vida sentimos la visita de la prueba en la enfermedad de un ser querido, en lo aparentemente inexplicable, en lo difícil de la situación? En la noche oscura que nos devuelve la vulnerabilidad. Te invito y me invito a que podamos también hoy presentar a Jesús situaciones difíciles de seres queridos, enfermedades, dolencias, cruces. También hoy el Señor, en su infinita providencia, puede decir como a la hija de Jairo Levántate y anda, levántate, levántate de las postraciones, levántate de las desesperanzas, levántate de las desilusiones, levántate de la noche oscura que te toca atravesar y cree en el poder de Jesús, en el poder de Dios que puede seguir actuando en la realidad.

La otra situación es la de la mujer, esta que en medio de la multitud que sigue a Jesús, logra tocar su manto. Es una mujer que ha buscado la curación y la sanación en diversos lugares, ha experimentado la vergüenza, ha experimentado el límite, ha experimentado esta imposibilidad de curación y experimenta misteriosamente en el tocar el manto de Jesús que queda sanada, que queda curada, que su enfermedad, que su dolencia finalmente adquiere sanación en la fuente de la vida que es el Señor.

Ojalá que se nos regale también la fe de esta mujer, la hemorroísa que con solo acercarse a Jesús confía que su vida queda sanada. Esta es la invitación para todos que no tengamos miedo de acercarnos a Jesús, que Él tiene una palabra y un gesto para cada uno de nosotros que regala su presencia, sanación al alma. Y cuánto necesitamos de esta curación, de esta sanación, en tiempos tan difíciles como los que vivimos.

Pidamos entonces con mucha confianza al Señor que quiera seguir sanando nuestras heridas, curando nuestras enfermedades y dolencias y mostrándonos el amor del Padre. Y que el Señor nos bendiga. El que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.