Saludo de Pascua de Resurrección de Mons. Fabián Antúnez SJ
El Obispo de la Diócesis de San José de Mayo ha compartido a través de un video-mensaje, su saludo de Pascua de Resurrección 2024.
En el mismo comienza enumerando las dificultades que como sociedad vivimos, “la guerra, la violencia, la inequidad, la trata de personas, el narcotráfico”, a los cuales añade el problema de las inundaciones en la ciudad de San José, las cuales han dejado anegadas a centenares de familias, muchas de las cuales han perdido todo lo que tenían en sus casas, a causa de las copiosas lluvias y el desborde del río San José, el cual llegó a los 11,48 metros.
Mons. Antúnez destaca en sus mensaje las “manos solidarias, las cuales se han tendido al encuentro del otro” entre ellas campañas de alimentos, entrega de ropa, productos de limpieza, ayuda a varias familias afectadas por las inundaciones, “gestos de resurrección”, como los llama el Obispo.
Además, en esta Semana Santa la presencia de un grupo de misioneros de Cireneos, que han asistido visitando familias, colaborando en la limpieza y pinturas de algunas viviendas y sobre todo llevando ánimo, consuelo y esperanza a las familias de los barrios Viejo Berral y Mariano, que han sido afectados por estas inclemencias del tiempo.
“Te traigo la mejor de las noticias, Cristo ha resucitado, la vida vence y resucitando nos abre las esperanza de un mundo nuevo y distinto”, afirma el Obispo.
“Esta es la iglesia que soñamos. Una Iglesia resucitada que salga al encuentro del dolor, que comparta la vida que trae los dos grandes signos del Señor la alegría y la paz”, señala en su saludo Mons. Antúnez.
Vivimos tiempos desafiantes como humanidad, en muchos lugares de nuestro mundo el flagelo de la guerra, la violencia, el problema de inequidad, la trata de personas, el narcotráfico, también problemas climatológicos aquí en nuestra comunidad, el problema de las inundaciones.
Te traigo la mejor de las noticias, Cristo ha resucitado, la vida vence y resucitando nos abre las esperanzas de un mundo nuevo y distinto.
Quiero recuperar gestos de resurrección, manos solidarias que se han tendido al encuentro del otro, campañas que han dado un plato de comida al necesitado, visita de jóvenes a lugares marginales. La experiencia de toda la comunidad que se ha puesto en marcha. Esta es la iglesia que soñamos. Una Iglesia resucitada que salga al encuentro del dolor, que comparta la vida que trae los dos grandes signos del Señor la alegría y la paz.
Él no ahorra el dolor, pero da sentido a nuestro sufrimiento. ¡Feliz Pascua de Resurrección! Que Cristo renazca en tu vida de manera renovada.
