[Ordenación Episcopal] Mandato apostólico

FRANCISCO, OBISPO, SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS,

al querido hijo Edgardo Fabián Antúnez Percíncula Kaenel, miembro de la Compañía de Jesús, hasta ahora Rector del Colegio del Sagrado Corazón en Montevideo, constituido Obispo de San José en el Uruguay, salud y Bendición Apostólica.

«Levántate y toma al niño y a su madre» (Mt 2,15). Esta divina exhortación no solo se refiere a la vida de san José, sino también a la vida de todos aquellos que son promovidos al episcopado. En efecto, quien recibe a cualquier pequeño o necesitado, recibe al mismo Cristo; de modo semejante, quien asume el cuidado de una Iglesia, puesto que ella es la Esposa de Cristo, es como si recibiese a la madre de Cristo. Por eso, para esta tarea buscamos varones dignos que, junto con Nosotros, cuiden la Viña del Señor.

Ahora, pues, dirigimos Nuestro espíritu hacia la comunidad de San José en Uruguay que espera un nuevo Moderador de la vida diocesana, después del traslado a la sede de Salto del último de sus obispos, el Venerable Hermano Arturo Eduardo Fajardo Bustamante. Y puesto que tu destacas, en verdad, por tu prudencia, sana doctrina y vida espiritual, tenemos la seguridad de que tu puedas cumplir fructuosamente este muy pesado ministerio. Por tanto, habiendo considerado el consejo de la Congregación para los Obispos, con la plenitud de Nuestra potestad Apostólica, te nombramos y constituimos Obispo de San José en Uruguay, concediéndote todos los derechos pertinentes a este oficio y las correspondientes obligaciones impuestas según las normas del Código de Derecho Canónico. Antes, sin embargo, como establece la ley eclesiástica, es necesario que tú, según el rito, pronuncies la profesión de fe y prestes el juramento de fidelidad a Nosotros y a Nuestros Sucesores en esta Sede.

Finalmente, para que realices tu ministerio con un diligente corazón paterno, te aconsejamos que, diariamente, te confíes a la protección de la Santísima Virgen María y a la de su Esposo san José, que es Patrono celestial de tu diócesis, a fin de que ellos pidan insistentemente para ti la abundancia de gracia y también las fuerzas necesarias para apacentar la grey.

Dado en Roma, en san Juan de Letrán, el día treinta de junio del año del Señor dos mil veintiuno, noveno de Nuestro Pontificado.

(firmado) Francisco

(firmado) Francisco Piva, Protonotario Apostólico