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Jornada Nacional de la Juventud 2024

En base a https://icm.org.uy/la-jnj-2024-en-la-voz-de-sus-protagonistas/

La JNJ 2024 en la voz de sus protagonistas
Tras nueve años, la Jornada Nacional de la Juventud volvió a realizarse bajo una única concentración en la ciudad de Pando, Canelones, el 7 y 8 de setiembre.

Eran las dos de la tarde del domingo 8 de setiembre y en la plaza principal de Pando todavía había música a todo volumen, que parece que interrumpió el tradicional silencio dominical de la ciudad.

Había unos trescientos jóvenes distribuidos por distintos puntos de la plaza. Algunos ya se fueron. Otros ya se dirigían hacia los ómnibus contratados para emprender el viaje a sus comunidades y casas. Otros estaban recostados sobre el pasto bajo la sombra de un árbol tras almorzar. Otros aprovechaban hasta el último momento y entraban al templo para rezar a solas. Otros escuchaban a Kerygma, una banda de música católica.

Pero hace unas tres horas el escenario era distinto. Había unos dos mil jóvenes en actitud de silencio, oración y reflexión. A las once de la mañana, comenzó la misa que fue presidida por Heriberto Bodeant, obispo de la Diócesis de Canelones que fue la anfitriona de la edición número cuarenta y cinco de la Jornada Nacional de la Juventud (JNJ).

Misa de cierre de la JNJ 2024. Fuente: Ignacio Aiscar

Atrás quedaron la feria vocacional, los talleres formativos, los servicios, la vigilia y la acampada, que se realizaron el sábado 7 en el Campo del Peregrino, el campus deportivo del colegio Nuestra Señora del Huerto, a un kilómetro y medio de la plaza principal del Pando.

Roxana Revetria, secretaria ejecutiva de la Pastoral Juvenil, dijo que el clima del encuentro fue “precioso” y destacó la receptividad de los participantes y el acompañamiento de los sacerdotes y demás organizadores.

La última JNJ con concentración nacional se realizó en 2015, en la rambla de Kibón, Montevideo. En estos nueve años, por diversos motivos, sobre todo por la pandemia, los encuentros se realizaron a nivel diocesano.

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Felipe Piacenza, 19 años, animador salesiano del Instituto Dr. Andrés Pastorino
Esta JNJ fue algo único. Ya había estado en movidas grandes, pero esta es incomparable. Sentí a Dios en cada una de las personas que tenía al lado, en cada celebración y en cada oración. Vi a Dios en los otros jóvenes. 

Ana Lara, de 49 años, coordinadora del grupo de José Pedro Varela, Lavalleja
Vinimos con diez jóvenes. Ya habíamos acompañado en otras JNJ a nivel diocesano. Para motivarlos compartimos lecturas, la canción y la oración oficial, testimonios, y eso los enganchó enseguida. Durante dos meses recaudamos fondos a través de venta de pizzas. Como referentes, algo que nos llevamos es un mensaje que dio el Gordo Verde: “Si somos de Cristo, que se note”. Eso es lo que tenemos que transmitir en nuestra comunidad: si somos jóvenes, creemos en Jesús, y nos copa esto, que seamos capaces de transmitirlo y convencer a otros que se sumen. 

Agustín Cadorci, 18 años, Universidad Católica del Uruguay
La verdad fue una experiencia que me enriqueció. La jornada fue bastante linda. Esto es algo que no se ve todos los días. Faltaba este tipo de eventos porque es algo necesario, que nos une.

Camila Robledo, 24 años, novicia de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús
Lo más lindo es el encuentro, ver que somos un montón, que uno no está solo, peleándola. Poder ver que somos muchos anima un montón y hace preguntarte qué encontrará el otro. Como yo encuentro esto en Jesús, probablemente los demás encuentren otras cosas que los ayudan en su camino de fe. Se sentía la falta de la JNJ a nivel nacional porque cuando no nos reunimos, cuando no está la manija, se siente.

Facundo Macedo, 17 años, exalumno del Liceo Jubilar
Vinimos quince, entre diecisiete y treinta años. En mi caso es mi primera JNJ. Esta experiencia me ayudó a descubrir la presencia de Dios, del amor que se puede sentir entre tanta gente, un sentimiento que se sentía en el ambiente entre los momentos de oración, la música y los jóvenes. El ambiente fue muy lindo y me enseñó mucho sobre el amor de Dios y de Jesús.

Pedro, 21 años, animador y coordinador del oratorio Tacurú
De esta experiencia me llevo una gran alegría porque descubrí que la comunidad es enorme. Compartir la fe en comunidad es lo más lindo que hay. De este encuentro me llevo la confianza y la tranquilidad que Jesús está entre y con nosotros. Él quiere que salgamos a hablar de él para que el resto lo conozca. Estas instancias son necesarias porque ayudan a hacernos acordar en qué situación están los demás para nutrirnos de ellos. Yo esto lo llamo ‘picos de fe’ porque son para recargar fuerzas y renovarse.

Juan Luis Carvalho, 27 años, referente del Centro Juvenil de Iglesia Joven Montevideo
Dudé mucho en participar por todo lo que insume, en esta etapa de mi vida, destinar un fin de semana a no estar en mi casa y a no hacer mis cosas. Los gurises del grupo me motivaron para participar y el padre Marcelo (Marciano, vicario de la juventud en Montevideo) me ofreció ser referente del grupo. Estoy orgulloso del grupo que tengo.

En esta JNJ descubrí que Dios está. Que está en los jóvenes. Que está en todo el mundo. Porque convocar a casi dos mil jóvenes, y que estos estén dispuestos un fin de semana y rechacen salir o quedarse en casa, es porque Dios está.

Florencia Dutruel, 31 años, de la Diócesis de San José de Mayo e integrante de Santa María de la Estrella (StaME), movimiento misionero de laicos

¡Hola! Mi nombre es Florencia Dutruel, tengo 31 años y pertenezco a la diócesis de San José. Tuve el inmenso regalo de participar en esta Jornada Nacional de la Juventud junto con Santa María de la Estrella (StaME), un movimiento misionero de laicos. Este movimiento nació hace 27 años en Argentina, y desde hace un año también es parte de Uruguay, donde seguimos creciendo como comunidad.

Para nosotros, esta jornada fue una experiencia única. Uno de los pilares de nuestro carisma es “En la Iglesia comunión”, y este fin de semana fue una oportunidad preciosa de vivirlo plenamente.

Esta fue mi tercera JNJ de concertación única, pero sin duda, fue muy especial. Pude ver a un Jesús vivo en medio de nosotros, transformándonos con su ternura y simplicidad. Lo sentí presente en los rostros de cada joven, en los voluntarios, en las y los religiosos, los curas y en cada persona que, con una sonrisa y el corazón lleno de amor, hizo de este encuentro algo inolvidable. El amor de Dios se manifestó en cada gesto, en cada actividad, y en la dedicación que se puso en cada detalle.

Me siento renovada, llena de esperanza y con el corazón inquieto, sabiendo que somos muchos los que caminamos juntos, pero también con la misión de llevar este amor a quienes aún no lo han experimentado. ¡Qué gran regalo tenemos entre manos! Nosotros, que hemos sido profundamente amados, podemos ser instrumento para contagiar ese amor tan grande.

Deseo, de corazón, que todos puedan encontrarse con este Jesús que transforma vidas!

Por: Fabián Caffa