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Inicio del ministerio pastoral del P. Sergio Pinto en la Parroquia Santísima Trinidad

El pasado domingo 18 de febrero en ceremonia cumplida a la hora 20, el Obispo de San José de Mayo, Mons. Arturo Fajardo confió al P. Sergio Daniel Pinto Benítez la animación pastoral de la Parroquia Santísima Trinidad. El P. Sergio Pinto tiene 46 años y nació en esta ciudad de Trinidad, siendo ordenado diácono en abril de 1996 y sacerdote el 1º de diciembre del mismo año en la Plaza Constitución en la capital del departamento de Flores.

En el año 2005 inicia sus estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, obteniendo la Licenciatura en Filosofía. Continúa su tesis para obtener el doctorado en Filosofía.

En la celebración participaron, además de la comunidad parroquial, la comunidad de la Parroquia de Luján y unos 30 jóvenes jesuitas de la Misión San Francisco Javier.


Al comienzo de la celebración, que fue presidida por el Obispo diocesano Mons. Arturo Fajardo y varios sacerdotes, el P. Gabriel Rainusso, párroco de la Parroquia de Luján en Flores, leyó al comienzo el decreto con el cual se nombra párroco al P. Sergio Daniel Pinto Benítez de la Parroquia Santísima Trinidad en la capital de Flores.

Una gran cantidad de fieles acompañan el inicio del ministerio pastoral del P. Sergio, muchos de ellos que viajaron desde San José, donde ha estado por más de 10 años.

Mons. Arturo destacó en su reflexión que el inicio del ministerio pastoral de Sergio en Trinidad “tiene lugar en un contexto misionero”, ya que la semana pasada se desarrolló la misión de STAME (Santa María de la Estrella) y estos días el segundo año de la Misión juvenil San Francisco Javier, animada por la Red Ignaciana y las obras de los jesuitas en Uruguay y Argentina.

El Obispo agradeció especialmente a todos los sacerdotes de la Diócesis por su disponibilidad ante los cambios propuestos el año pasado. Sergio Pinto es el primer en asumir este cambio al comienzo de 2018.

Haciendo referencia al origen del P. Sergio, nacido en la ciudad de Trinidad, el Obispo dijo que “tener raíces de nuestro pasado y de nuestras costumbres y alas para seguir adelante soñando y trabajando juntos” es lo que pide el Obispo en su reflexión. “Que no perdamos nunca la fascinación por el Evangelio” pide el Obispo y agradece al P. Nelson González por su servicio junto a esta comunidad parroquial y les pide a que “colaboren con el nuevo párroco y ayúdenlo en su misión”, dijo.

La celebración tuvo algunos ritos que son propios de la toma de posesión de los párrocos: la profesión de fe, la promesa de fidelidad, la entrega de la Palabra de Dios, los óleos, la Eucaristía y las llaves del Sagrario.

Al final de la Santa Misa, un grupo de jóvenes jesuitas junto al Padre Ignacio Rey Nores invitó a toda la comunidad de las dos parroquias a vivir la Misión San Francisco Javier.

ACCIÓN DE GRACIAS
“El regreso a casa” tituló el P. Sergio Pinto comienza su acción de gracias, donde tiene un recuerdo especial por dos sacerdotes que marcaron la vida de las comunidades de Trinidad, el P. Ferrero (por muchos años párroco de la Santísima Trinidad) y el P. Pécora (como párroco de la Parroquia de Luján).

Destacó también su camino vocacional a lo largo de estos más de 20 años de sacerdocio, sus diferentes servicios en la Diócesis y su origen en la ciudad de Trinidad, donde nació en 1971 y fue ordenado sacerdote en la Plaza Constitución, frente al templo de la Parroquia Santísima Trinidad. “Al que me diga nadie es profeta en su tierra, le diré florece donde te han plantado”, dijo el P. Sergio. Su Acción de Gracias concluyó con una oración de San Ignacio de Loyola. Junto a su hermano César, el P. Sergio Pinto canta la canción “himno a la alegría”.

Luego de la celebración se continuó la fiesta en el salón de la parroquia.

Compartimos la acción de gracias del P. Sergio en la Parroquia de Trinidad

EL REGRESO A CASA…

SERGIO PINTO·MIÉRCOLES, 21 DE FEBRERO DE 2018
Volver a mi ciudad, a mi pueblo y a esta Parroquia es algo que me llena de responsabilidad y es un desafío. Nunca imaginé que me lo propusieran y lo acepté como una nueva aventura, como un nuevo llamado, como una nueva oportunidad.

Desde niño esta Parroquia fue del P. Ferrero y la Parroquia de Luján del P. Pécora. Dos grandes columnas y testimonios de la Fe. Con el paso del tiempo también me llegó la presencia fuerte del P. Cavallero y su amor por los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. También destaco al P. Ricardo Paullier por su entrega en esta ciudad y siempre recordaré la última charla que tuve con él sobre el valor de la Eucaristía y la importancia de celebrarla cada día.

Me considero hijo de este pueblo e hijo espiritual de la parroquia de Luján y del Padre Pécora. Allí me bautizaron, tomé mi Primera Comunión, la Confirmación y mi ordenación Diaconal. Y me ordené de sacerdote en esta Plaza Constitución el 1° de diciembre de 1996… Han pasado 21 años ya de aquella entrega.

Destaco en mi camino vocacional el testimonio de las Cavalleras, del Instituto SMAP, que me acompañó en mi primera etapa (ejercicios, retiros, misiones). Y también la presencia del P. Nelson que me vino a buscar cuando yo tenía 17 años, siendo él el encargado de la Pastoral Vocacional. La vida me ha enseñado a ser agradecido y al P. Nelson le agradezco su tiempo y dedicación, y que me fue formando – como dice la canción -“golpe a golpe y verso a verso”– la catequesis, los campamentos con adolescentes y jóvenes, y que gracias a él, los aprendí a disfrutar y a crecer en ellos. También lo acompañé en la Catedral en mis dos primeros años de sacerdote y hoy recibo de él esta Comunidad Parroquial.

Después de mi “sí” inicial, el Señor me llevó como seminarista por muchos caminos: el Seminario, la Parroquia Catedral y Villa Rodríguez… el trabajo con adolescentes y jóvenes llenaba mi vida. Ya como sacerdote la Parroquia de Villa Rodríguez, hoy Ciudad Rodríguez, además de todos los amigos entrañables y de todo lo disfrutable del trabajo con los jóvenes, me enseñó a aceptar críticas, a que no siempre tengo la razón, a que no soy perfecto, aprendí a perder y a pedir perdón.

Como Asesor de la Pastoral Juvenil, aprendí a acompañar y a querer a los jóvenes, ayudarlos en sus procesos personales y a que conocieran a Jesús y tuvieran relación con Él.

En Roma y Anagni, donde estuve dos años, me encontré con la universalidad de la Fe, otra lengua, otra cultura pero la misma Fe… un tesoro haberlo descubierto.

Ya de regreso en la Parroquia Ntra. Sra. De Fátima en el barrio Colón de San José, comunidad a la que acompañé por 10 años, como le decimos la “humilde sinagoga”, con una gran párroca, aprendí muchísimo. Me sentí acompañado, sanado y querido. Me enseñaron la sencillez, la humildad, el valor de las pequeñas cosas y el sentido solidario donde “el otro importa”, especialmente el que más sufre. Los extrañaré mucho porque las parroquias no son solo estructuras, son personas a las que se quiere y con la cual caminamos juntos.

Como profesor de Filosofía y con la Pastoral Educativa: la reflexión, el acompañamiento de los jóvenes y también de los seminaristas en sus primeros pasos, me han enriquecido intelectualmente.

Parroquia Santísima Trinidad… está todo por escribirse… una página en blanco nueva se abre en este camino. Aquí mi querida abuela integraba el coro en su juventud (que hoy esté con Dios), ella me enseñó a rezar a mis tres años… aquí se casaron mis padres. Hoy llego a Trinidad a dar lo mejor de mí en esta Parroquia, en el Liceo y en el Colegio “San José”. Al que me diga: “Nadie es profeta en su tierra” le responderé “Florece donde te han plantado”. Actualmente estoy en una etapa de expansión, lo que hago y digo no lo hago para caerle bien a nadie ni buscando reconocimiento sino porque considero que está bien y es bueno hacerlo… tengo intacta mi creatividad, mis deseos y ganas de crear y de hacer… pero no en solitario… parafraseo al Padre Ferrero (que estudiaba muchísimo y con esmero y dedicación preparaba sus homilías)… una vez dijo en uno de sus aniversarios: “no quiero ser el líder espiritual de ustedes, quiero ser un compañero de camino”… este pensamiento se quedó en mí y recuerdo que me ayudó a pensar bastante… ser un compañero de camino.

Sé que hay muchas expectativas con mi llegada, pero también soy libre ante ellas… un cura solo logra muy poco… el desafío es formar comunidad y trabajar juntos… así sí será posible, con la gracia y ayuda de Dios… vivir y anunciar el Evangelio de la Vida… ayudar a que otros descubran a Jesús, que ya está en sus vidas… desde ya todos invitados a acercarse, participar, dar una mano (los qué y los cómo los iremos viendo), teniendo al Señor Jesús en el Centro de todo lo que hacemos y vivimos.

Le agradezco hoy a mi familia (mis padres, hermanos y sobrino) por su compañía a lo largo del tiempo, me han dado consistencia, me han enseñado lo que es el amor y la fidelidad en lo concreto de la vida. Gracias al Padre Gabriel y a la Comunidad de la Parroquia de Luján por su presencia, que podamos trabajar juntos y ayudarnos (más allá de lo específico de cada comunidad) como el Único Pueblo de Dios que somos. Gracias a los hermanos sacerdotes por su entrega y amistad y a Mons. Arturo (eccelllenza) por su confianza y cercanía. Y hoy agradezco al Señor por estos jóvenes misioneros que nos acompañan, en todo “amar y servir”, que siempre puedan hacer de su vida algo hermoso, un regalo para ellos mismos y los demás.

Y como siempre termino con una oración y una canción. La oración es de San Ignacio de Loyola, que tanto me ha acompañado en mi vida y que la hago mía hoy en el momento de ofrecerme y de ponerme de nuevo en sus manos:

Tomad, Señor y recibid toda mi libertad mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad.
Todo mi haber y mi poseer, vos me lo disteis
a vos Señor lo torno.
Todo es vuestro disponed a toda vuestra voluntad.
Dadme vuestro amor y gracia que ésta me basta.

AMIGO ES MAS PROFUNDO- HIMNO A LA AMISTAD
Amigos del “¿Qué tal?”, “¿Cómo te va?” o “¿Cómo andás?”, son sólo conocidos.
Amigo es más profundo, su alcance es infinito, comienza en este mundo culmina junto a Cristo.
Decir que uno es amigo encierra un compromiso, que la amistad lo hizo calor, amor y abrigo, calor que se mantenga, amor sincero y puro, abrigo en trances duros, convenga o no convenga. Amigo es cosa seria amigo es gran prudencia… amigo es esa arteria que en el alma es vivencia.

Amigo es más profundo…
Porque cuando en la calle se enlaza una amistad, la mano es como un valle de la autenticidad. Amigo se es en las buenas y en las malas, un amigo nunca es pala que a otro cave una condena. El oro es siempre enemigo, ser popular es muy trampa, más si en ello hay leal amigo, la amistad es fiel alianza.

Amigo es más profundo…
No traiciones, ni mentiras, ni frías especulaciones. La amistad crea dos dones: para ésta y la otra vida. Mirémonos de frente sin medir nuestras fuerzas. Dime como sientes, te diré como piensas, y unidos por la gracia de la amistad sincera los dos sin diplomacia seremos cuánto quieras.
Amigo es más profundo…