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Confirmación y Comuniones en el salón comunal de la Colonia Carriquiry

Mons. Arturo Fajardo presidió el sábado 24 de noviembre la Eucaristía en el salón comunal de la Colonia Carriquiry en la zona de Mundo Azul. Allí administró el sacramento de la Confirmación y la Comunión a varios chicos y adultos de la localidad rural y de zonas aledañas. Acompañó la celebración el P. Severino Fleig, párroco de la Parroquia del Barrio Industrial, cuya zona pastoral abarca Chamizo y Mundo Azul.

Al comienzo de la celebración el Obispo confirió el Sacramento de la Confirmación a 8 fieles: entre ellos 3 adolescentes que se han preparado junto a sus madres y recibieron juntos este Sacramento y 2 jóvenes de 13 y 14 años. Se trata de: Brisa, Margot, Anita, Belén, Noelia, Nahuel, Camilo y Valentín.

Varios vecinos de las localidades rurales vecinas de Mundo Azul vistieron el altar en la Colonia Carriquiry con los ornamentos que pertenecían a la antigua capilla de Chamizo

Junto a los Confirmandos, 17 chicos de Carreta Quemada, Mundo Azul, Paso del Rey, San Gregorio, Chamizo y Cruz de los Caminos que recibieron el Sacramento de la Comunión: Florencia, Tatiana, Victoria, Karen, Axel, Benjamín, Lucas, Emiliano, Humberto, Emanuel, Rodrigo, Agustina, Delfina, Morena, Sara, Ariel y Guillermo.

Los chicos y adultos fueron preparados por la catequista Silvia Pérez.

Uno de los momentos más emotivos de la celebración fue cuando los que recibieron la Eucaristía fueron eligiendo las cruces que habían hecho con sus familias, de manera artesanal, y le fueron impuestas por personas significativas que ellos mismos eligieron y fueron llamando.

Muy sentidas fueron las palabras de Silvia Pérez, la catequista del grupo de Chamizo:

Niños, jóvenes. adultos y familias de este hermoso grupo: hoy llegan a recibir los sacramentos para los que se han preparado, aquí solo termina una etapa y comienza otra mucho más rica.

Hemos compartido en estos años, además de la oración y la palabra, alegrías tristezas, logros y fracasos y entre todos nos hemos fortalecido.

Continúen manteniendo este vínculo tan lindo de amistad, compañerismo, confraternidad, solidaridad cada grupo que acompaño va dejando en mí una marca, porque de cada uno de ustedes aprendo algo.

Les confieso que a veces tenía ganas de quedarme en mi casa, ya por el frío, por el calor, por alguna dolencia menor o simplemente por pereza y no me lo permitía porque sabía que de este lado estaban estas personitas esperándome. Al regresar a mi casa, el frío, el calor o el cansancio quedaban de lado. Compartir este tiempo con ustedes es sanador, me dan paz, esa paz que viene del amor que compartimos por Jesús y la Virgen. no se olviden de lo que juntos aprendimos: perdonen, siembren, caminen con Él, que el Espíritu Santo los fortalezca y los guíe.

A mis pequeños: sigan siendo auténticos, cariñosos, respetuosos, qué la cruz que llevan en el pecho nunca les pese, porque allí está quien murió en ella por nosotros para hacernos mejores.

Ya fortalecidos por los sacramentos, sigan adelante y lleguen tanto como puedan sus fuerzas, tal vez, médicos, maestros, deportistas, domésticas, tambero, ingenieros o alambradores, o lo que sueñen y se propongan, pero recuerden que siempre podemos ser un poquito mejor, no mejor que el otro, sino mejores que nosotros mismos el día de ayer. Si van a apostar que sea a la vida, si van a competir que sea con ustedes mismos para ser mejores personas y mejores cristianos y recuerden que si me necesitan aquí estaré…

Un saludo, un mensaje, una llamada, una visita serán muy apreciados por mí y me llenarán de alegría, no se olviden yo los llevaré siempre en mi corazón.

Estaremos en contacto, no tan seguido, pero tratando de realizar alguna actividad juntos un inmenso gracias a Nerys Torterola de Hernández por prestarnos un espacio para la catequesis, pero más que eso el cariño y la atención para con nosotros.

Los quiero, que Dios los bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, esté siempre con ustedes. Amén

Silvia Pérez