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Bautismo en el oratorio de la aparcería “Los cimarrones de Paso del Rey”

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En la mañana del sábado 20 de febrero el Obispo de San José de Mayo, Mons. Arturo Fajardo bautizó al niño Martín Valentino García Pérez, nieto de uno de los integrantes más veteranos de la aparcería “Los cimarrones de Paso del Rey”, zona rural del departamento de donde provienen la mayor parte de sus integrantes.

Una de las integrantes de la aparcería, Silvia Pérez de Fajardo, catequista de la zona y reconocida escritora, fue la encargada de contar la historia del surgimiento de la idea y la concreción de este oratorio. En é se recrea e inspira uno de los primeros oratorios traídos de España e instalado en la zona de Carreta Quemada hacia el año 1882, en los primeros años de vida constitucional e independiente del Uruguay.

El Obispo agradeció a todos los integrantes de la aparcería por la iniciativa de construir este oratorio y la invitación a celebrar este Bautismo. Tuvo palabras de agradecimiento a los sacerdotes Federico Bragonzi, párroco de la Parroquia de Estación González y el Padre Severino Fleig, párroco de la Parroquia del Barrio Industrial. El predio de la criolla Capitán Manuel Artigas sobre la Ruta 3 en la ciudad de San José, pertenece al territorio de la Parroquia que acompaña el P. Severino al norte de la ciudad de San José de Mayo.

“Que este Bautismo recuerde el nuestro y renueve la fe de cada uno de nosotros. En este lugar que nos recuerda la mezcla de tierra y fe, patria y tradición, está profundamente arraigada en la historia de nuestra patria. Pensar en las raíces jesuíticas, en el mate, en estas tradiciones van unida la patria y la fe, la tierra. Eso nos recuerda a la Madre de Dios con aquella frase ‘Ave María Purísima, sin pecado concebida’, encomendar a María esta niño y nuestro camino nuestra fe, esta fiesta que celebramos, y que el tiempo ha acompañado con lluvia hace unos días”, invitó el Obispo.

La celebración del Bautismo comenzó con la pregunta a los padres del niño que se bautizará el nombre que han elegido para él, y preguntando lo que han pedido a la Iglesia: el Bautismo, uno de los sacramentos de iniciación cristiana. “El nombre expresa lo que es la persona, se le llama el nombre de pila, porque se nos da en la pila bautismal. A los privados de libertad se les pone un número, para Dios tenemos un nombre. Renovemos hoy nuestro Bautismo, no somos un numero para Dios y Dios tiene un nombre para nosotros, y somos bautizados en el nombre del Padre, Hijo y del Espíritu Santo e integrarse a la comunidad cristiana”, reflexionó.

La signación es un gesto del Bautismo en el que se recuerda el signo de la cruz, el celebrante marca la cruz sobre la frente del que se bautizará y el compromiso de padres y padrinos de acompañar la vida de fe del niño. El Obispo diocesano explicó el sentido de este signo y del significado de la señal de la cruz que nos hacemos habitualmente, “la señal indica pertenencia, pertenecemos a Jesús, cada vez que nos hacemos la señal de la cruz queremos que esté en el pensamiento, en nuestros afectos, en nuestra izquierda y derecha y nos envuelve nos hace un todo, la cruz no es signo de muerte sino signo de vida, la muerte no tiene la última palabra, Jesús venció en su cruz la muerte, desde hoy este chiquito está marcado con la señal de la cruz, es como un signo que pertenece a la familia de los cristianos, de la Iglesia”, indicó el Obispo en referencia a la identidad cristiana de los bautizados.

El Padre Severino fue el encargado de proclamar un pasaje del Evangelio de san Mateo y Mons. Arturo hizo un breve comentario del mismo, “Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos y bautícenlos. La promesa del Señor es que siempre estará con nosotros y de modo especial en este niño Martín que vamos a bautizar”, indicó el Obispo.

El Padre Federico realizó la “unción de los catecúmenos”, con un aceite especial, “con este aceite queremos pedir al Señor la fortaleza para Martín, porque creciendo se tendrá que enfrentar con el mal, buscar el camino bueno, vencer las tentaciones por eso le pedimos al Señor que con esta unción tenga la fortaleza para que sea un hombre que haga y construya”, reflexionó el P. Federico. El Obispo expresó que “el agua es necesaria para el campo, es necesaria para la vida. Es signo de vida, el cuerpo está compuesto por agua, el líquido amniótico es lo que nos hace nacer a la vida”, recordó la oración que hace unos años se hizo en Paso del Rey cuando se hizo la sequía grande y realizó el Bautismo con una “bieira” del primer oratorio de Carreta Quemada, una cuchara usada para derramar agua bendita sobre la cabeza del bautizado.

El Padre Federico hizo la unción con el crisma, un aceite perfumado que es consagrado en la Misa crismal, el cual expresa que “somos hijos de Dios y nos invita a que los demás se den cuenta de que tenemos aroma a cristiano, que cuando se confirme recibirá por segunda vez este aceite, y si luego quiere ser cura, recibirá por tercera vez y si llega a ser Obispo por cuarta vez, a lo que lo respondieron los padres ‘lo que Dios quiera'”, expresó el P. Federico.

La imposición de la vestidura blanca, es otro gesto del bautismo, el cual se hizo con un poncho de color blanco y el padrino fue el que tomó luz del cirio instalado en el oratorio y donde el Obispo hizo una reflexión sobre el significado de la luz.

Al final el Obispo bendijo la imagen de San José y de la Virgen de los Treinta y Tres que se encuentran en el interior del oratorio. Silvia Pérez que integra y participa de la aparcería hace 3 años, cada año lleva la historia en verso de la aparcería y este año hizo unos versos a los que llamó “Ofrenda” para repasar lo que se recreaba en esta edición de la Fiesta del Mate: el oratorio.